Blog sobre Psicología

19 diciembre, 2014

La importancia del refuerzo en nuestras vidas

Las consecuencias positivas que siguen a una conducta son los reforzadores. Éstos como su nombre indica nos ayudan a reforzar y fortalecer la conducta. Cuando la conducta va seguida de un premio o una recompensa. Se denomina reforzador positivo, hará que el comportamiento sea más probable en el futuro. El refuerzo positivo ocurre cuando, al introducir algún estímulo tras una conducta dada, aumenta la frecuencia de dicha conducta en el futuro. Un ejemplo sería el de Alejandro una persona tímida que empieza a salir a eventos sociales y como le han resultado positivas será más probable que en el futuro asista a más. Otra manera de reforzador en cuando ese comportamiento pone fin a una situación desagradable. Cuando la consecuencia positiva de una conducta es la desaparición de una situación aversiva, lo denominamos reforzador negativo. Un ejemplo de refuerzo negativo sería el de Manuel, consumidor de cocaína a largo plazo, consume la droga para evitar los efectos negativos que causa el síndrome de abstinencia.

Tanto el reforzador positivo como el negativo constituyen consecuencias positivas de una conducta, y por tanto, los dos fortalecen el comportamiento y hacen que sea más probable en el futuro.

Los reforzadores pueden ser: Materiales o tangibles, serían bienes materiales, dinero. Los reforzadores de actividades, pueden ser las actividades que nos resultan agradables realizar deportes, hobbies. Los reforzadores sociales, una sonrisa, un elogio, una palabra amable, la atención social. En diversos ámbitos de la vida constantemente se refuerza nuestro comportamiento. En el ámbito académico o laboral por ejemplo, si somos reforzados positivamente en nuestra actividad estaremos más motivados para realizarla y por tanto rendiremos más y será más probable que en el futuro la volvamos a repetir. Tendríamos que tener en cuenta que un reforzador social como es un elogio, una palabra amable que viene de un profesor o de un jefe como “Buen trabajo” “Bien hecho” es muy potente. La simple atención a un niño cuando ha tenido un comportamiento deseado como cuando ordena su habitación o hace los deberes es también muy potente para que ese niño repita esas conductas en el futuro. El problema viene dado a que muchas veces pensamos que lo “normal” es realizar esa conducta o realizarla de ese modo y por ello no nos parece importante reforzarlo y tendemos a ignorarlo, con lo que al no reforzar positivamente un comportamiento adecuado, ese comportamiento tendra más probabilidades que se extinga. Es decir que será más probable que en un futuro no hagamos esa conducta.

Tenemos diversas fuentes de refuerzo, estos refuerzos muchas veces nos dan sentido a una parte de nuestra vida

Podemos reforzarnos de actividades como algún hobbie en el que disfrutemos, charlar con algún amigo, pasar tiempo con la familia, trabajar en algún puesto de trabajo donde estemos satisfechos, o simplemente disfrutar de pequeños logros o pequeñas cosas que nos proporcionan bienestar. En la vida vamos perdiendo refuerzos positivos, algunos de ellos son claros, como la pérdida de un trabajo, de una persona allegada o dejar de hacer alguna actividad, aunque algunas veces son más “ pérdidas pequeñas” que por separadas no les solemos otorgar significado pero pueden irse acumulando, sin ser apenas consciente de ello.

Con las pérdidas solemos reaccionar mediante emociones negativas. Ante tales pérdidas nos podemos sentir tristes, frustrados, enfadados, desesperanzados, melancólicos, deprimidos, etiquetas que dependen de la historia personal de la persona.

Estas reacciones emocionales ante la pérdida de los reforzadores son normales y adaptativas, tiene una función evolutiva clara ya que favorece la búsqueda de apoyo en los demás, la resolución de problemas y la señalación para evitar nuevas pérdidas en un futuro. Por último resaltar que sería recomendable que tomáramos consciencia de nuestras fuentes de refuerzo y nuestras pérdidas y si van existiendo nuevas pérdidas, la posibilidad de buscar o crear nuevas fuentes de refuerzos. Como he comentado el refuerzo social es muy potente. Esto podría llevar a plantearnos qué uso hacemos de él en todos y cada uno los papeles que realizamos como padres, madres, hermanos, maestros, jefes, amigos, parejas…

Alba Rosique

About Alba Rosique

Licenciada en Psicología por la Universidad Jaime I de Castellón, ha complementado sus estudios con el Máster en Psicología Clínica y de la Salud en adultos y el Posgrado en Psicología Clínica Infantojuvenil, ambos del Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP).

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